Las diferentes formas de entender este parón por crisis

Buenas hosteleros, nos enfrentamos todos a esta situación que para unos es más grave que para otros, así que los que estemos bien de salud no deberíamos de ver esto sino como una oportunidad de cambio.


Nos pasamos el año dándonos largas de cómo entendemos nuestro negocio y de qué hacer para impactar más a nuestros clientes y que vengan a nuestro establecimiento. Ahora tenemos este impax para preparar, meditar y reflexionar qué y cómo queremos que sea nuestro negocio de aquí en adelante.

Seguramente ninguno de nosotros tengamos la fórmula ideal, ni quizá podamos asumir los cambios que deseemos porque esta situación nos habrá descapitalizado a muchos, sin embargo todos sabemos que siempre hay soluciones y que éstas no tienen por qué resultar inviables.

Tendremos que inventarnos cosas nuevas para atraer la atención de nuestros clientes e intentar intuir por dónde van las cosas.

En nuestro caso, como proveedores, estamos en una situación similar y aunque a veces regresemos a casa en la idea de lo difícil que resulta satisfacer a los hosteleros, enfadados porque no siempre somos entendidos y hasta las narices de visitar nuevos establecimientos donde en ocasiones se malinterpreta nuestra labor, ahora, en este momento de crisis, os echamos de menos, porque eso es el día a día, es la vida y es la relación lógica entre hostelero y proveedor.

Muchos de vosotros habéis pasado de ser únicamente clientes a ser amigos, en muchos casos hay una relación ya más de colaboración que de proveedor cliente donde tenga que estar todo preestablecido y eso es un modo muy cómodo de trabajar. Lo agradecemos enormemente.

Esperamos a pesar de la situación, a pesar de ese hastío que a veces produce el trabajo, el regreso y la colaboración con vosotros y lo esperamos en serio, de verdad, no sólo por negocio, no sólo por ganar dinero, sino porque ocupáis una parte de nuestro día a día y eso también es la vida.

Desde luego que si tuviéramos 20 millones en el banco probablemente nos iríamos a una casita en la costa a vivir tranquilos, pero no es nuestro caso y aunque lo fuera no nos vemos capaces de únicamente estar tumbados en una hamaca viendo pasar las olas, necesitamos hacer algo que nos satisfaga, algo que una vez hecho guste y satisfaga a quien nos lo encarga, así que formáis parte de al menos 1/3 de nuestro día a día, el otro tercio lo pasamos durmiendo o descansando y muchas veces pensando en qué y cómo hacer para que nuestro trabajo os satisfaga y por último hay 1/3 que deberíamos cuidar, el que le corresponde a la familia, a nosotros mismos y a nuestras relaciones sociales, pero las relaciones sociales de un proveedor son en muchas ocasiones las relaciones con sus clientes. Así que por favor, quedaos en casa, que esto acabe y volvamos a tener una vida de socialización y laboral, porque estar así, en casa para siempre no es la vida que queremos.


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